Cuando se habla de fertilidad masculina, muchas veces se piensa únicamente en la cantidad o movilidad de los espermatozoides. Pero detrás de estos parámetros existen factores menos visibles, como infecciones o procesos inflamatorios, que también pueden alterar la función reproductiva. Uno de ellos, poco comentado pero bastante frecuente, son las infecciones urinarias en hombres.
Aunque suele asociarse este tipo de infecciones con malestares pasajeros o molestias al orinar, su impacto puede ir más allá si no se diagnostican y tratan a tiempo. En especial, si el hombre está buscando ser padre o si junto a su pareja están considerando un tratamiento de fertilidad, es importante saber que el tracto urinario y el sistema reproductor masculino están más conectados de lo que parece.
Comprender cómo influyen las infecciones en la calidad del esperma, cuáles son los signos de alerta y qué tipo de acompañamiento médico puede favorecer la recuperación, permite tomar decisiones informadas sin entrar en alarmas innecesarias.
¿Qué relación existe entre infecciones urinarias y calidad espermática?

En el cuerpo masculino, las vías urinarias y las estructuras encargadas de producir y transportar el esperma comparten espacios anatómicos. Por eso, cuando ocurre una infección en el tracto urinario —ya sea en la uretra, la vejiga o incluso la próstata—, también puede verse afectado el entorno donde se trasladan los espermatozoides hacia el exterior.
El aumento de la temperatura local, la inflamación o la presencia de bacterias pueden interferir en la producción espermática, reducir su concentración o alterar su movilidad. Además, si la infección se extiende o se vuelve crónica, el tejido donde se produce el semen puede dañarse, dificultando el transporte o incluso generando anticuerpos que atacan a los propios espermatozoides. Eso sin mencionar que los espermatozoides que salieron de una estructura física afectada por una infección, también pueden afectar la salud de la mujer al ser receptora del contenido.
Esto no significa que toda infección urinaria comprometa la fertilidad, pero sí deja claro que su presencia puede tener efectos temporales —y en algunos casos prolongados— sobre la calidad seminal.
¿Qué tipos de infecciones pueden tener impacto en la fertilidad?
Las infecciones más comunes que pueden afectar la fertilidad masculina suelen clasificarse según la zona donde se originan:
- Uretritis: inflamación de la uretra, muchas veces causada por bacterias como clamidia o gonorrea. Puede ser asintomática o causar ardor al orinar.
- Prostatitis: infección o inflamación de la próstata, que puede presentarse con dolor pélvico, dificultad para orinar o molestias al eyacular.
- Epididimitis: inflamación del epidídimo, una estructura donde los espermatozoides maduran. Puede generar dolor testicular y, si no se trata, afectar el paso del esperma.
- Infecciones de vías urinarias bajas o altas: como cistitis o pielonefritis, que aunque no son directamente reproductivas, sí pueden comprometer la salud general y la calidad seminal si se repiten o no se abordan a tiempo.
En algunos casos, estas infecciones son ocasionadas por bacterias comunes; en otros, por infecciones de transmisión sexual (ITS), lo que también hace necesaria una evaluación integral y discreta del historial de salud sexual.
¿Cuáles son los síntomas que deben tenerse en cuenta?
No todos los hombres presentan síntomas evidentes. De hecho, hay infecciones que se mantienen activas sin generar dolor ni fiebre, lo que retrasa el diagnóstico y puede hacer que los efectos sobre el esperma pasen desapercibidos. Aun así, hay ciertos signos que conviene observar:
- Dolor o ardor al orinar
- Mayor frecuencia urinaria o urgencia para ir al baño
- Dolor testicular, en la ingle o en la zona baja de la espalda
- Presencia de sangre en la orina o el semen
- Molestias al eyacular o cambios en el volumen del semen
- Fiebre o sensación de malestar general, especialmente si es persistente
Cualquiera de estos síntomas puede indicar un proceso infeccioso, y no debe ser ignorado si hay deseo de tener hijos a corto o mediano plazo. Un chequeo oportuno permite actuar a tiempo y evitar complicaciones.
¿Cómo se trata y cuánto tarda en recuperarse la función espermática?
El tratamiento depende de la causa. Si se confirma una infección bacteriana, el médico puede indicar antibióticos específicos, y en algunos casos, antiinflamatorios o reposo sexual temporal. Cuando el origen es viral o autoinmune, el enfoque puede variar.
Lo importante es entender que, incluso después de haber superado la infección, la recuperación de la calidad espermática puede tardar algunas semanas. El ciclo de maduración del espermatozoide toma aproximadamente 72 días. Por eso, los efectos de una infección pueden reflejarse en el espermograma incluso dos o tres meses después del episodio inicial.
En algunas ocasiones, los especialistas recomiendan repetir los estudios de semen luego del tratamiento para verificar si la función espermática se ha restablecido o si es necesario considerar otros apoyos médicos.
Cuidar la fertilidad también implica atender aspectos que, a primera vista, parecen simples o pasajeros. Una infección urinaria en el momento equivocado puede interferir en el deseo de formar una familia, especialmente si no se detecta o no se trata adecuadamente. Por eso, escuchar al cuerpo, consultar a tiempo y no minimizar las molestias son formas concretas de proteger la salud reproductiva masculina.
En Fertivida, trabajamos con una visión integral que reconoce que la fertilidad del hombre también merece cuidado, atención y acompañamiento experto. Porque cuando se trata de crear vida, cada detalle importa.