Hablar de fertilidad masculina sigue siendo un terreno incómodo para muchos hombres. Pero hay algo que se vuelve más importante que el silencio: la información. Especialmente cuando hay síntomas que, aunque no siempre sean evidentes, pueden estar señalando que algo en el cuerpo necesita ser revisado.
En general, los problemas de fertilidad en el hombre no se manifiestan con dolor o señales físicas agudas. Por eso pueden pasar desapercibidos durante años, hasta que llega el deseo de tener un hijo y, con él, las preguntas.
Comprender cuáles son las señales tempranas y las causas más comunes permite actuar con anticipación. No para alarmarse, sino para intervenir a tiempo si es necesario.
¿Existen síntomas de infertilidad en el hombre?
Aunque muchas veces se piensa que los problemas de fertilidad masculina solo se descubren con un espermograma, lo cierto es que el cuerpo puede dar algunas pistas antes. Pueden ser sutiles, pero no por eso dejan de tener valor.
Algunas señales que pueden estar relacionadas con alteraciones en la salud reproductiva del hombre incluyen:
- Disminución del deseo sexual sin causa aparente.
- Cambios en la función eréctil, como dificultad para mantener o lograr una erección.
- Dolor, hinchazón o bultos en los testículos, que pueden estar indicando alteraciones como varicocele o infecciones.
- Eyaculación retrógrada o dolorosa.
- Reducción del volumen del semen o cambios visibles en su consistencia.
- Disminución del vello corporal o muscular sin cambios en el estilo de vida, lo que puede relacionarse con desequilibrios hormonales.
Estos síntomas no siempre implican un diagnóstico definitivo, pero sí pueden ser la antesala de una evaluación más profunda. En este artículo explicamos cómo saber si un hombre es fértil y qué exámenes permiten tener claridad sobre esto.
Principales causas médicas de los problemas de fertilidad masculina

Cuando se identifican alteraciones en la cantidad o calidad de los espermatozoides, el paso siguiente es buscar su origen. Muchas de las causas más comunes son médicas, y en muchos casos pueden tratarse o manejarse con intervención oportuna.
1. Varicocele
Es una dilatación de las venas en el cordón espermático, similar a las várices en las piernas. Afecta el flujo sanguíneo y puede elevar la temperatura en los testículos, lo que interfiere con la producción espermática. Es una de las causas tratables más frecuentes.
2. Desequilibrios hormonales
Aunque menos comunes que en las mujeres, los trastornos hormonales también afectan a los hombres. Bajos niveles de testosterona, o alteraciones en las hormonas FSH y LH, pueden impactar la producción de espermatozoides.
3. Infecciones
Algunas infecciones —como clamidia, citomegalovirus, gonorrea o paperas en la adultez— pueden causar inflamación en los órganos reproductores, generando cicatrices o afectando temporalmente la fertilidad. También pueden alterar el pH del semen.
4. Problemas anatómicos
Obstrucciones en los conductos deferentes, testículos no descendidos o malformaciones congénitas pueden impedir el transporte adecuado de los espermatozoides o afectar su maduración.
5. Enfermedades sistémicas
La diabetes, enfermedades tiroideas, insuficiencia renal crónica o afecciones autoinmunes pueden alterar el entorno hormonal o vascular necesario para una fertilidad sana.
Fertilidad masculina: un reflejo de la salud integral del hombre
Los problemas de fertilidad no son una condición aislada. De hecho, en muchos casos funcionan como un “termómetro” que advierte sobre desequilibrios más amplios en la salud masculina.
Una producción espermática alterada puede ser la primera señal de un problema endocrino, metabólico o vascular. Por eso, acudir a un especialista en reproducción humana no solo es importante para quienes desean ser padres. También puede ayudar a detectar a tiempo condiciones que afectan el bienestar físico y emocional del hombre.
Ya hemos hablado de cómo saber si un hombre es fértil y qué puede hacerse para mejorar su salud reproductiva. Pero si hay síntomas persistentes o factores médicos conocidos, el paso siguiente es consultar. No para alarmarse, sino para contar con un plan claro y acompañado.
La fertilidad no es solo un número en un espermograma. Es una expresión del estado físico, hormonal y emocional del hombre. Reconocer cuándo el cuerpo necesita atención es un gesto de autocuidado, no de debilidad.
En Fertivida, acompañamos a los hombres desde ese lugar: con respeto por sus tiempos, con información que abra caminos, y con el respaldo de un equipo que entiende que la fertilidad también habla en voz masculina.